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sábado, 25 de abril de 2020

10. El rey del bosque

Había que hacer algo para proteger al Bosque Triturado y había que hacerlo ya.

Don Alonso sugirió que había precedentes de caballeros que vivían en bosques protegiendo a habitantes y transeúntes de vándalos. Él y Sancho se ofrecieron a patrullar el Bosque Triturado mientras Glorvina hacía todo el papeleo que requería el Sr. Binky antes de tomar acción.

Su oferta le dio a Flaco Intrépido Nauta una idea. El marinero fantasma sugirió que siguiésemos una tradición romana que había funcionado bastante bien en el pasado. Teníamos que nombrar a un rey del bosque.

Nauta una vez había hecho un viaje de placer al Lago Nemi, en Italia. Este es un cuerpo de agua precioso al que llaman El Espejo de Diana porque esta diosa de la luna solía cazar en un bosque igual de bello que crecía junto al lago.

Nauta dijo que un día un esclavo fugitivo entró en ese bosque para esconderse  allí. Sus perseguidores no pudieron sacarle del bosque. Hartos de intentar atraparlo, decidieron hacer un pacto con él en vez.

Un lugar que atrae a turistas también atrae a vándalos, pirómanos, idiotas descuidados y otros tipos indeseables. Al esclavo que se escondía en el bosque le concederían santuario allí si prometía pelear contra maleantes que eran una amenaza para el bosque.

Durante un tiempo todo fue bien. No había demasiada gente que quisiese causar problemas en un bosque que pertenecía a una diosa y era defendido por una fiera.

Pero entonces un segundo esclavo se enteró del chollo que tenía el hombre al que llamaban el rey del bosque. Penetró en el bosque dispuesto a matar al primer esclavo para robarle su empleo. Los dos hombres pelearon y el rey logró acabar con el pretendiente. Pero más esclavos empezaron a aparecer con la misma pretensión. Finalmente el primer esclavo cayó en un duelo y fue sucedido por un nuevo rey.

Para que nadie matase al rey de nuestro bosque para sucederle, que era la parte que no nos gustaba de la sugerencia de Nauta, el romano sugirió nombrar guardián del Bosque Triturado a alguien que ya estuviese muerto. 
                            

Artemio era el fantasma de un hombre muy joven que había sido condenado a galeras por piratería. Aunque fue pirata mientras vivía, se había reformado poco antes de morir. Era lo suficientemente grande y fuerte como para asustar a los malhechores y lo suficientemente listo como para no causar problemas él mismo.

A pesar de su gran tamaño, este gigantón podía moverse con sigilo y cautela y era de naturaleza silenciosa. Era lacónico, nunca hablaba mucho, y no le importaba pasar largos ratos sólo.También le gustaba la naturaleza y tenía un don para comunicarse con los otros animales.
 
Glorvina consultó con los habitantes del bosque y de sus afueras y todos estuvieron de acuerdo en que la mejor opción para el momento era coronar a Artemio. Lo hicimos con primor, en una sencilla pero hermosa ceremonia.

Tras purificarse en un arroyo que corría por el bosque, su rey vistió una túnica verde a cuadros bordada con runas en hilo rojo y marrón. Tenía una larga melena negra que las hadas del bosque peinaron en trenzas que llevaban hojas y viñas entrelazadas. También le coronaron con hiedra. Como cetro le dieron un martillo de guerra cuya cabeza de bronce pulieron hasta que brillaba como si fuese de oro. Tenía un mango de fresno negro finamente labrado. Artemio también recibió una pesada hacha de piedra. Cuando cruzaba sus brazos portando estas armas, parecía tan imponente como un faraón egipcio.

Daba todo el tipo del hombre verde, aunque más joven que la mayoría de estos hombres salvajes que habitan en bosques, y todos estábamos muy orgullosos de tener un guarda forestal tan estupendo. Las criaturas del bosque, plantas, animales y hadas y también unos cuantos humanos que habitaban pacíficamente allí, juraron su lealtad al nuevo rey. Los que frecuentábamos el bosque aun sin vivir en él, también prometimos nuestro apoyo. Bueno, todos salvo Alpin. Desde el momento en que intercambiaron la primera mirada, quedó claro que Alpin y el rey del bosque eran enemigos naturales.    


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