Estaba en la cocina de la casa de la bruja sabia Sabática,
asaltando el frigorífico. Habitualmente, la cocina estaba inmaculada, con cada
cosa en su sitio, pero en ese momento había contenedores y envoltorios tirados
por todas partes.
“¿Ves esa alacena roja de ahí?
Estaba llena de toda clase de setas. Sabática tiene un montón de recetas para cocinar setas. Algunas hubiesen sabido
mejor si las hubiese cocinado, pero estaba demasiado hambriento para detenerme
en eso.”
Alpin le enseñó al Sr. Blake
un tarro lleno de setas marrones de tamaños pequeños.
“Me
estoy herniando intentando abrir esto. No quiero tener que romper
el tarro. El cristal se podría mezclar con las setas. Yo
no como cristal.”
“¡Menos mal!” exclamó el Sr.
Blake. “¡Menos mal que hay algo que no comes!”
“¿Puedes abrírmelo?”
“¿Y por qué no?” dijo el Sr.
Blake. “No creo que echen en falta un tarrito en este caos. ¿Dónde está Sabática?"
“¡Ufff!” dijo Alpin, echando
el contenido del tarro en un bol verde con forma de hoja. “Estas setas están flotando en un sirope asquerosillo. Parece que están nadando en mocos. Tampoco como mocos.”
“Es una solución muy clara,
pura y limpia,” dijo el Sr. Blake escudriñando el liquido en el que estaban
conservadas las setas.
“Sabe, Mister Blake, yo tengo
un permiso para recoger setas. Hace un tiempo, comí unas setas indocumentadas
sin pensarlo dos veces porque no tenía ni idea de que me pudiesen sentar mal y
tuve un problemilla. Mi madre me apuntó a un curso avanzado de micología
ofrecido por la SME.”
“¿SME?” preguntó el Sr.
Blake.
“Sociedad
de Micología Élfica. Ese es el club más prestigioso de forofos de las setas en
existencia. No hay nada que no sepan esos tíos de las setas. Pero la verdad sea dicha, no
me impresionó nada esa gente. Son unos ratas que sólo recogen un galón de setas
por persona en días ultra festivos. Cuando salen a los campos y bosques y vuelven a casa sin haber acercado las manos a las setas, se ponen más contentos que nunca. Y en cuanto a estas setas
que tengo aquí delante, ahora sé que sabrán bien si ignoro el repugnante
suero este.”
“Criatura, ¿tienes idea de
donde pueden estar Michael y Sabática?”
“La comida es un asunto muy
serio,” dijo Alpin. “Estoy convencido que llegará el día en que sólo se hablará
de comida, de nada más. Ni siquiera de política. Ni siquiera de fútbol. Por
cierto, ¿ le atrae o le repele este jarabe?”
“Esto no va a ser fácil,” dijo
el Sr. Blake entre dientes.


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