Estaban presentes la Señora Gelsomina Di Limbo y su hijo Nimbo,
la Señora Felina
Apocado, el Sr. Guillermo Blake y Alpin Dulajan. Cada uno traía con él o con ella algo para echar
en el caldero.
“El coral desciende de la Gorgona Medusa. Su
sangre se convirtió en coral cuando la cortaron la cabeza y fluyó al mar. La
sangre del lado derecho de la cabeza de la Gorgona devuelve la vida a los muertos. La sangre
del lado izquierdo es un veneno que mata. He molido un poco del coral
que decora mi acuario. No sé de que lado era la sangre que se convirtió en
este trozo de coral. Pero puesto que nuestros amigos no pueden estar más
muertos de lo que están, el veneno no les hará daño, y puede que la sangre que
devuelve a la vida haga su trabajo. Cruzemos los dedos y esperemos que
ocurra justamente eso.”
El turno del Sr. Blake fue
el siguiente.
“Perejil de vaca, acedera y
nenúfar,” dijo Mr. Blake echando estos tres ingredientes en el caldero. “Las
comadres inglesas siempre han utilizado estas plantas para liberar a personas
paralizadas por un encuentro desafortunado con las hadas. La magia es magia en todas partes. Esto nos podría servir.”
Entonces le tocó a Felina.
“Como sabéis, he hecho una
lista de victimas y os he preguntado a todos que cosas les gustaban a los que
han quedado petrificados. Creo que deberíamos añadir a la poción algo que les
gustaba porque puede que eso les haga querer volver a la vida."
Felina había traído con ella una
gran bolsa de tela de alfombra. La abrió y se puso a extraer cosas de ella.
“He elegido una cosilla para
todas y cada una de las victimas de la falsa Gorgona. Por ejemplo, unas gotas
de whisky para Fergus y los demás bebedores. Un poco de azúcar y canela para
Brezo, Cardo y Fiona, una violeta imperial para Titania, gotas de perfume para
las damas, etc. Este poquito de granizado de arándanos azules es para mi marido.
Le encanta. Se toma tres vasos al día.”
Después de que Felina
hubiese echado un montón de cositas en el caldero, era el turno de Alpin.
“Yo contribuiré cosas que no
me gustan a mí,” dijo Alpin. “No quiero desperdiciar nada valioso. Para
empezar, voy a echar este maquillaje que hace que parezcas mil años menor de lo
que eres que encontré entre los regalos de Navidad de cierta señora. Yo no necesito esto. Y si la tal Bruma Milenaria puede rejuvenecer a una momia, pues...¿quién sabe?”
“No me preguntéis por qué,”
dijo Nimbo cuando Alpin había acabado, “pero tengo una corazonada y creo que lo
que hace falta es liquido anticongelante para aviones.”
Y echó una buena cantidad de
glicol en el caldero.
Cuando Nimbo había acabado, la Señora Di Limbo permitió que la
poción hirviese a fuego lento hasta el amanecer.
“¿Funcionará?”preguntó
Alpin con entusiasmo.
La respuesta a su pregunta
fue un rotundo sí. Tras ser sumergidos en la poción durante unos segundos, todos
nosotros salimos volando del brebaje. Todos estábamos como
nuevos.
También
lo estaba Tay. Felina y la Señora Di Limbo hicieron unas friegas a la estatua con la poción y volvió a la
normalidad incluso antes que los demás.
Lo primero que él hizo fue
pedir un granizado de arándanos azules. Y lo primero que hice yo fue apuntar la
receta de la poción de desmirar. Todos me pidieron una copia para sus cuadernos
de hechizos.
Aquí está lo que escribí,
pero no intentéis hacer esta poción en casa a no ser que ya tengáis muchísima experiencia con pociones mágicas. Algunos hechizos
pueden salir mal. Sobre todo, tened cuidado con el anticongelante de aviones. Podría
ser inflamable.¡Y no cubráis el caldero! ¡Podría explotar!
RECETA
DE LA POCIÓN DE
DESMIRAR
Tarde
por la noche, en la cocina de tu casa,
Con
mucho silencio pero luz muy escasa,
En
el agua que hierve en un caldero,
Hecho
de cobre y no de hierro,
Verterás
perejil de vaca, finamente troceado,
Por
encima del cual una liebre haya saltado,
Y
polvo rojo o rosa de coral molido,
Batiendo
hasta que éste se haya fundido.
En
el caldo, tres nenúfares con todo su rocío
Dejad
flotar como en lago en el estío.
Hojas
de acedera que hayan envuelto mantequilla,
También
dejad caer en esta pocimilla.
Ahora
añadid algo que al paciente mole mazo
Y
de otro algo que al sanador le sobre, echad un pedazo.
Con
el último ingrediente se generoso,
Vierte
anticongelante de aviones para resucitar a un oso.
El
bálsamo resultante sobre el paciente has de frotar,
En
cuanto el día amanezca y el sol comience a brillar.
Y
acto seguido, sin escatimar en nada de eso,
Desayunad
juntos roscón y churros con chocolate
espeso.
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