Para encontrar tu camino en este bosque:

Para llegar al Índice o tabla de contenidos, escribe Prefacio en el buscador que hay a la derecha. Si deseas leer algún capítulo, escribe el número de ese capítulo en el buscador. La obra se puede leer en inglés en el blog Tales of a Minced Forest (talesofamincedforest.blogspot.com)

sábado, 25 de abril de 2020

13. Puck en huelga


Mi padre abandonó el bosque en un torbellino de aire verde y dorado para ir en busca de Darcy. Por una vez Puck no le siguió. Gravemente dolido, se arrastró a su roble favorito y se colapsó en el cojín que tenía en él.

A la mañana siguiente Alpin y yo fuimos al roble para ver cómo se encontraba Puck. Le encontramos sentado sobre su cojín verde pistacho con las piernas cruzadas como le habíamos dejado. Pero portaba un cartel que decía ¡EN HUELGA! Y detrás de él había otro que decía Oberón Injusto Con Este Empleado.

Nunca antes había visto a un hada en huelga y jamás la he vuelto a ver. Y no tenía ni idea de que Puck se considerase un empleado de mi padre.

“¿Empleado? ¿Te paga?” pregunté.

“Con halagos. Nada me gusta más que oírle decir que soy el mejor.”

El mejor...¿qué? me preguntaba yo. ¿Esbirro? ¿Vasallo? No me atrevía a preguntar. Él había dicho empleado, pero yo no le podía ver como algo así.  

El mejor amigo desde luego sí era. No me extrañaba que Puck estuviese ofendido porque Papá quisiese contratar a Darcy. 

Alpin  también tenía algo que preguntarle a Puck.

“¿Tienes algo que comer? Me está entrando hambre.”

Antes de que Puck pudiese responder, hubo un clamor en el bosque y algo que comer apareció. Vino con unas cincuenta personas que se acercaron para apoyar a Puck.

Había representantes de los gremios de trabajadores con los que Puck simpatizaba y que simpatizaban también con él. Nicolás Fondón, el viejo amigo de Puck, estaba ahí, por supuesto, por él mismo y en representación de los tejedores. Tomás Hocico vino por los caldereros. Paco Flauta representaba a los reparadores de fuelles y Comodón a los ebanistas. Pedro Membrillo vino por los carpinteros y Robertín Hambrón por los sastres. Fergus MacLob O’Toora estaba ahí en representación de los zapateros, ¿y cómo podía no estar Michael O’Toora en representación de los profesores de inglés?

Las damas que atendían a mi madre también habían acudido. Flor de Guisante, que venía por los hortelanos, Polilla, que representaba al gremio de la estética, y Semilla de Mostaza, que estaba ahí por los cocineros, sentían curiosidad por ver cómo acababa todo esto, pero Tela de Araña, que venía por los limpiadores, estaba agresivamente indignada con Papá por cómo había tratado a Puck y no dudaba en hacer su enfado patente. Había traído un saco lleno de pitos y flautas y panderetas y empezó a repartirlos y consiguió que se montase la marimorena ahí en el bosque.

Con estas damas estaba la Señora Estrella, representante de las amas de casa, que se había hecho muy amiga de Tela de Araña y había preparado dos enormes perolas de cocido. Una era para repartir entre todos y la otra exclusivamente para Alpin, para que les diese tiempo a los demás a comer antes de que el No Cambiadito también reclamase esa comida.

Debido a la escandalera que había montado Tela de Araña, no tardó mucho en llegar el Primer Ministro Binky, en compañía de la banshí Glorvina. Esta, en cuanto se enteró de lo que estaba pasando, no tardó en animar a Puck, asegurándole que contaba con el apoyo de las hadas plañideras. Es un gran apoyo, pues no hay quien se resista a ellas cuando se ponen a gritar. 

¡Ni hablar!” exclamó el Sr. Binky, pensando en lo horrible que podía ser que apareciesen por ahí las plañideras en comandita y se pusiesen a gritar. “Puck, no puedes hacer nada de lo que estás haciendo sin antes haber avisado a las autoridades.”

El Sr. Binky le dio a Puck unos papeles que esperaba que éste firmase y que detallaban las condiciones bajo las cuales Puck podía hacer huelga. También detallaban los servicios mínimos que tendría que cumplir aunque no quisiese.

Puck hizo trizas los papeles tras decir que hubiese hecho algo peor con ellos de no haber menores presentes.  

El Sr. Binky entonces quiso que detuviesen a Puck, pero no tenemos un cuerpo de policía. El Sr. Binky lamentó no haber tenido tiempo para crear uno, pero es que había tantas cosas que hacer. Entonces se le ocurrió dirigirse a Artemio y exigirle que forzase a la muchedumbre a dispersarse y que sacase a Puck del roble a la fuerza si no salía voluntariamente. Era el deber de Artemio restablecer la paz en el bosque.

Artemio respondió diciendo que Binky no le podía dar órdenes porque él no era un funcionario. Lo que hacía en el bosque era puro voluntariado y no tenía la menor gana de ofrecerse voluntario para enfrentarse a una muchedumbre compuesta por gente que era la misma que le había coronado rey.   

Glorvina entonces hizo una pregunta crucial.

“¿Dónde está Oberón? Debería estar aquí.”


No hay comentarios.:

Publicar un comentario