“Bien,”
Michael le dijo a Cascarrabias, “veamos si podemos hacer esto sin gastar papel.
Binky
me ha enviado unos tests que le ha prestado alguien y quiere que los contestes
para ver si eres capaz de aprender. Pero yo creo que te conozco lo suficiente
como para saber cuál es tu problema.”
“Yo no veo que problema
puede haber,” protestó Cascarrabias.”Puedo copiar todos esos garabatos que
haces tan bien como cualquiera. ¿Por qué dicen que no sé leer ni escribir?”
“Porque no son garabatos,” le
explicó Michael por enésima vez..“Son palabras.Tienen un significado. Por eso
quiero que veas está película sobre alguien que tenía un problema similar al tuyo.”
Michael había estado en un
centro comercial humano. Allí había comprado un DVD que ahora plantó en el
pupitre de su alumno. En la carátula había una foto de una niña con el pelo
enmarañado, la cara sucia y la ropa muy arrugada. Sus ojos parecían tener una
mirada algo rara.
“Yo sé quién es esa,” dijo
Cascarrabias. “Esa película es sobre una niña y un exorcista. ¿Estoy poseído?
¿Acaso hay un demonio dentro de mí que no me deja aprender?”
“¡No! ¡Cielo santo, no! No, no se trata de esa niña. Esta es otra niña, gracias a
Dios. Se llama Helen Keller. Helen tenía una mente privilegiada, pero estaba aislada del mundo porque se había quedado sorda
y ciega cuando era un bebé. La película nos muestra cómo su maestra logró
hacerla comunicar con gente y llevar una vida muchísimo más rica y completa. Para
lograr eso mismo tú también debes aprender a leer y a escribir. Quiero que veas
atentamente este DVD en el combo de tele y lector de cds de Alpin. No creo que
le importará que lo usemos. Su madre se lo compró hace una semana y seguro que
ya se habrá cansado de usarlo.”
Cascarrabias dijo que
clavaría los ojos en la pantalla como un halcón en su presa. No le molestaba
ver la tele. Le era fácil fijar la vista en una máquina porque se había pasado
toda la vida vigilando tesoros.
“Durante años y años no he
alzado la vista de los tesoros que guardaba. Puedo
ver este DVD entero sin pestañear. Verás cómo lo hago.”
“¡No! No, eso no es lo que tienes que
hacer. No debes vigilar la película como si fuese algo que alguien quiere
robar. No podrás concentrarte en su significado si haces eso, y no lograrás
entenderla. Quiero que te involucres en esta película. Quiero que
sientas empatía. Que te sientas como si tú fueses Helen y disfrutes de ese
maravilloso momento en el que se da cuenta de que las palabras tienen un
significado y se usan para comunicar.”
Cascarrabias dijo que no
entendía lo que Michael le pedía que hiciese pero que vería la película de
todos modos si Michael decía que tenía que hacerlo. Michael
suspiró y dijo que por lo menos Cascarrabias intentaba colaborar.
“Esto no va a ser fácil,”
dijo Michael, “pero si algo hay que aprender de Ana Sullivan, la maestra de
Helen, es que no hay que rendirse.”
Michael insistió en que
Cascarrabias no sólo debía mirar la película sino también escucharla. Las
personas que tenían dificultades para aprender también solían tener
dificultades para escuchar.
“Yo puedo escuchar como un
indio bravo en un bosque,” dijo Cascarrabias orgullosamente.
“No andes escuchando ruidos
raros que podrían indicar que alguien quiere robar el DVD con alevosía y
nocturnidad. Escucha lo que los actores tienen que decir. Escucha el mensaje que quieren transmitirte. No importan los ladrones
ahora.Olvídalos. Esto es sobre Helen y lo que su ejemplo puede hacer por ti.”
Alpin consintió que Michael
y Cascarrabias utilizasen su combo. De hecho, estaba bastante interesado en ver
cómo salía el experimento de Michael.
“Primo Michael, vas a
tirarle del pelo a Cascarrabias y darle una torta y revolcarte en el suelo como
hizo Ana Sullivan para enseñar a Helen Keller?” preguntó.
“No,”
replicó Michael. “Voy a implorar ayuda del cielo.”
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