Para encontrar tu camino en este bosque:

Para llegar al Índice o tabla de contenidos, escribe Prefacio en el buscador que hay a la derecha. Si deseas leer algún capítulo, escribe el número de ese capítulo en el buscador. La obra se puede leer en inglés en el blog Tales of a Minced Forest (talesofamincedforest.blogspot.com)

miércoles, 22 de abril de 2020

52. Haciendo milagros




“Bien,” Michael le dijo a Cascarrabias, “veamos si podemos hacer esto sin gastar papel. Binky me ha enviado unos tests que le ha prestado alguien y quiere que los contestes para ver si eres capaz de aprender. Pero yo creo que te conozco lo suficiente como para saber cuál es tu problema.”

“Yo no veo que problema puede haber,” protestó Cascarrabias.”Puedo copiar todos esos garabatos que haces tan bien como cualquiera. ¿Por qué dicen que no sé leer ni escribir?”

“Porque no son garabatos,” le explicó Michael por enésima vez..“Son palabras.Tienen un significado. Por eso quiero que veas está película sobre alguien que tenía un problema similar al tuyo.”

Michael había estado en un centro comercial humano. Allí había comprado un DVD que ahora plantó en el pupitre de su alumno. En la carátula había una foto de una niña con el pelo enmarañado, la cara sucia y la ropa muy arrugada. Sus ojos parecían tener una mirada algo rara.

“Yo sé quién es esa,” dijo Cascarrabias. “Esa película es sobre una niña y un exorcista. ¿Estoy poseído? ¿Acaso hay un demonio dentro de mí que no me deja aprender?”

¡No! ¡Cielo santo, no!  No, no se trata de esa niña. Esta es otra niña, gracias a Dios. Se llama Helen Keller. Helen tenía una mente privilegiada, pero estaba  aislada del mundo porque se había quedado sorda y ciega cuando era un bebé. La película nos muestra cómo su maestra logró hacerla comunicar con gente y llevar una vida muchísimo más rica y completa. Para lograr eso mismo tú también debes aprender a leer y a escribir. Quiero que veas atentamente este DVD en el combo de tele y lector de cds de Alpin. No creo que le importará que lo usemos. Su madre se lo compró hace una semana y seguro que ya se habrá cansado de usarlo.”

Cascarrabias dijo que clavaría los ojos en la pantalla como un halcón en su presa. No le molestaba ver la tele. Le era fácil fijar la vista en una máquina porque se había pasado toda la vida vigilando tesoros.

“Durante años y años no he alzado la vista de los tesoros que guardaba. Puedo ver este DVD entero sin pestañear. Verás cómo lo hago.”

“¡No! No, eso no es lo que tienes que hacer. No debes vigilar la película como si fuese algo que alguien quiere robar. No podrás concentrarte en su significado si haces eso, y no lograrás entenderla. Quiero que te involucres en esta película. Quiero que sientas empatía. Que te sientas como si tú fueses Helen y disfrutes de ese maravilloso momento en el que se da cuenta de que las palabras tienen un significado y se usan para comunicar.”

Cascarrabias dijo que no entendía lo que Michael le pedía que hiciese pero que vería la película de todos modos si Michael decía que tenía que hacerlo. Michael suspiró y dijo que por lo menos Cascarrabias intentaba colaborar.

“Esto no va a ser fácil,” dijo Michael, “pero si algo hay que aprender de Ana Sullivan, la maestra de Helen, es que no hay que rendirse.”

Michael insistió en que Cascarrabias no sólo debía mirar la película sino también escucharla. Las personas que tenían dificultades para aprender también solían tener dificultades para escuchar.

“Yo puedo escuchar como un indio bravo en un bosque,” dijo Cascarrabias orgullosamente.

“No andes escuchando ruidos raros que podrían indicar que alguien quiere robar el DVD con alevosía y nocturnidad. Escucha lo que los actores tienen que decir. Escucha el mensaje que quieren transmitirte. No importan los ladrones ahora.Olvídalos. Esto es sobre Helen y lo que su ejemplo puede hacer por ti.”

Alpin consintió que Michael y Cascarrabias utilizasen su combo. De hecho, estaba bastante interesado en ver cómo salía el experimento de Michael.

“Primo Michael, vas a tirarle del pelo a Cascarrabias y darle una torta y revolcarte en el suelo como hizo Ana Sullivan para enseñar a Helen Keller?” preguntó.  

“No,” replicó Michael. “Voy a implorar ayuda del cielo.”


No hay comentarios.:

Publicar un comentario